Trabajo por cuenta propia en Cuba



Desde que se autorizó el trabajo por cuenta propia hace ya medio año, el número de personas dedicadas a esas actividades se triplicó hasta alcanzar la cifra de 300.000. Cientos de triciclos como éste recorren la ciudad ofreciendo frutas y verduras en la puerta misma de la casa.  Resurge así el tradicional pregonero cubano.





Una de las actividades más populares es la venta de DVDs "piratas", bajados de internet. 
El negocio es bastante rentable en un país en el que la gente consume muchísima música. Además gozan de la seguridad de ser uno de los pocos lugares del mundo donde las autoridades no los persiguen.





Las actividades comerciales de los cubanos se extienden incluso a sus dioses. 
Decenas de cuentapropistas venden implementos para santería, la religión que cuenta con más seguidores en la isla. Se venden las cuentas para los collares, soperas para los Orichas (Dioses) y animales para los sacrificios.





Lenin Abreu vivió 6 años en Miami pero la falta de trabajo lo golpeó duramente:
"vendía cosas en los semáforos y dormía en mi camión". Cuando se produjo la apertura decidió regresar a Cuba, vendió el vehículo, compró herramientas, llegó como turista y quemó el pasaporte, "para Miami no regreso más"





Lenin invirtió todo con su hermano, crearon una pequeña ferretería en la sala 
de la casa que vende herramientas y ofrece servicios como hacer roscas, cortar tubos, recortan azulejos, etc. Dicen que les va bien, "no da para hacerse millonario pero por lo menos no me falta un techo ni un plato de comida"





El servicio más solicitado es el corte de lozas de piso y azulejos, 
imprescindible para poder hacer pisos o revestir baños. La cortadora la trajo de Miami, es una herramienta relativamente pequeña pero escasa en Cuba. Con la autorización oficial para que los cubanos fabriquen y reparen sus casas el trabajo se ha disparado.





Jorge Luis Pérez es uno de los cuentapropistas más exitosos. 
Su cafetería, "El Mexicano", es conocida a lo largo y ancho de La Habana a pesar de que se encuentra en el reparto Chivas, en las afueras de la ciudad. Sin embargo, llegan de toda la capital personas a comer allí, en particular su exitoso sándwich preparado con un pan hecho especialmente.





La cafetería fue instalada con todas las de la ley, el personal va uniformado, 
tiene mostradores y mesas plásticas, refrigeradores, planchas y calentadores, algunos traídos del exterior y otros fabricados artesanalmente en Cuba. En el área de clientes hay dos televisores con videoclips musicales y varios ventiladores.





Jorge Luis lleva años trabajando en esta cafetería pero la nueva apertura le ha 
dado esperanzas de poder crecer aun más. Apuesta por la posibilidad de alquilar una de las tantas cafeterías estatales quebradas para montar un "Mexicanito". Ya trajo de Miami a uno de sus hijos para que trabaje junto a él.





Alejandro Robaina es el dueño de "La Casa", uno de los restaurantes más exclusivos de 
La Habana. Lleva 16 años abierto, "en esa época en Nuevo Vedado éramos muchos, pero sólo sobrevivimos tres", nos cuenta. En los años 90 mi padre me aconsejaba que mantuviera un bajo perfil, que no llamara la atención, pero eso ha cambiado ahora.





Sirven platos que hasta hace poco estaban prohibidos -como los mariscos- e 
inauguraron una página web donde dan publicidad al restaurante y enseñan recetas de cocina cubana. No teme que la apertura lo afecte, "habrá más competencia pero yo llevo años trabajando y tengo una enorme experiencia y clientela ya hecha"





La mayor competencia obliga a los cuentapropistas a dar un mejor servicio y
también a ser creativos. La última propuesta de "La Casa" es que los clientes entren a la cocina y aprendan a hacer el plato que solicitaron. El precio será el mismo pero la comida resultará mucho más divertida y por ende atractiva a la hora de seleccionar restaurante.




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