Los investigadores estadounidenses están tratando de desentrañar las razones que llevaron al mayor Nidal Malik Hasan, un psiquiatra especializado en estrés postraumático, a ocasionar una matanza en la base militar de Fort Hood, en Texas.
El especialista de la BBC en temas de seguridad, Nick Childs, dice que las indagaciones del caso son una prioridad máxima para el ejército y el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Mejor no especular sobre los motivos (de la matanza). Dejemos que los investigadores hagan su trabajo
Coronel John Rossi
Particularmente, los expertos prestarán atención a si hubo indicios sobre la posibilidad de que la matanza ocurriera y fueron pasados por alto.
En una conferencia de prensa realizada este viernes, fuentes del ejército confirmaron que doce militares y un civil murieron durante el incidente. De las 28 personas que fueron hospitalizadas, 14 han requerido intervenciones quirúrgicas.
Hasan, quien fue abatido con cuatro disparos, sobrevivió al tiroteo y está internado en condición estable y bajo custodia.
¿Abusos?
Oficialmente se sabe poco sobre el mayor Hasan, un musulmán de 39 años nacido en Vriginia e hijo de inmigrantes árabes. Sin embargo, los detalles comienzan a emerger y aquellos que lo conocen aseguran que no es un extremista religioso.
Se sabe que trabajó durante seis años como psiquiatra en un importante centro de atención a soldados que volvían de la guerra, el hospital Walter Reed, en Washington, y que en julio pasado fue transferido a Fort Hood.
Familiares de Hasan dijeron que había sufrido abuso racial y religioso, que se lo había destinado a Afganistán, algo que él rechazaba, y que quería abandonar el ejército.
Sin embargo, un portavoz militar declaró que no podía confirmar esto último.
En palabras del coronel John Rossi, "no vamos a especular sobre los motivos (de la matanza). Dejemos que los investigadores hagan su trabajo".
Fort Hood
Un hecho que ahora los investigadores no pueden dejar de observar es la incidencia de los suicidios entre militares apostados en la base de Fort Hood, donde se han reportado diez este año.
Ésta es una de las cifras más altas en una instalación de ese tipo en Estados Unidos, afirma el especialista de la BBC Nick Childs.
Es que las huellas emocionales de la participación de efectivos de esa base en las guerras de Irak y Afganistán se hacen evidentes tanto en la misma Fort Hood como en las comunidades circundantes, añade Childs.
Con sus 850 kilómetros cuadrados, la base de Texas es una de las más grandes de Estados Unidos, si no la mayor.
La instalación alberga a unos 45.000 militares, aunque muchos de ellos han sido trasladados al teatro de operaciones.
La memoria de los soldados muertos en las guerras se honra en varios sitios, tanto en la base como en lugares cercanos. Ello ocurre, por ejemplo, en la escuela de la población de Killeen, donde muchos alumnos han perdido a padres o familiares.
Por las características de la base y su enorme población militar, Fort Hood ha estado en el centro de atención del país en términos de lo que se llama "despliegue sostenible" del ejército y también en cuanto a las repercusiones del estrés postraumático, explica Childs.
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