Grande es la polémica que han suscitado los textos integrados... Que es el primer paso de una verdadera ‘revolución’, que viola la Constitución, que es una renovación del curriculum educativo, que no le da prioridad a la lengua española, etcétera, etcétera, etcétera...
Pero para entender este debate y sus posibles implicaciones, primero hay que plantearse la más elemental de las preguntas, ¿qué son los textos integrados?
Integrar, de acuerdo con el diccionario de la RAE, significa fusionar dos o más conceptos, divergentes entre sí, en una sola que las sintetice. Esto es lo que hacen los textos integrados; unificar, por un lado, las materias de lengua española, ciencias naturales, ciencias sociales, educación moral y cívica, educación artística y formación humana y religiosa. La asignatura de matemáticas se presenta en el mismo libro, pero en un apartado individual con la finalidad de desarrollar competencias específicas en esta área.
Estos libros comenzaron a utilizarse como texto básico en agosto del presente año a los estudiantes de educación inicial, primero, segundo, tercero y cuarto de la primaria de los liceos y escuelas del país. El ministerio de educación planea, para el próximo año escolar, implementarlo en los colegios.
Además de la integración de las asignaturas, se propone también trabajar conjuntamente con recursos tecnológicos. Estos es usar videos, programas de computadora interactivos, audio y otros recursos de aprendizaje. De ahí su nombre completo: “Textos integrados con convergencia de medios”.
ESTRUCTURA DE LOS LIBROS
Estos libros, de aproximadamente 240 páginas cada uno, vienen en dos volúmenes. El primero corresponde al cuatrimestre que inicia las clases y el segundo al cuatrimestre que cierra el año escolar.
Cada volumen cuenta con dos unidades de aprendizaje en áreas integradas y dos unidades de matemáticas. Cada unidad tiene sus propias actividades y al final de esta una evaluación.
En cada actividad se plantean sugerencias para organizar el trabajo durante las horas de clases, así como los recursos tecnológicos que se deberían usar en caso de estar disponibles.
Lo pros y contras de los textos integrados
¿Es realmente viable este nuevo método de enseñanza? De acuerdo con el informe preliminar realizado por María Virtudes Núñez, catedrática de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la respuesta es no. Según explica, el texto integrado de primero de básica asume que el niño sabe leer y escribir, por lo que no tiene las indicaciones y ejercicios de lecto-escritura necesarios. “Es como si se empezara a subir una escalera por el quinto escalón”, señala.
Núñez va más lejos al afirmar que “obligar a los niños a trabajar con un solo libro que no les enseña ni a leer ni a escribir provoca retraso en el aprendizaje”. Además argumenta que al dividir las asignaturas en matemáticas y “todo lo demás”, no se conceptualiza y por ende se puede dar un tema cualquiera sin ningún rigor pedagógico.
Y los profesores ¿qué?
Iluminada Fernández, maestra de segundo de primaria del liceo Félix María del Monte, dice que estos libros “son muy complicados y los niños no los asimilan” debido, explica, a que los contenidos son muy aéreos. Eso sí, señala que la parte que corresponde a las matemáticas está bien elaborada.
En términos similares se expresa Ana María Cano, profesora de primero de básica en el mismo liceo. Añade además que “los libros de primero son muy avanzados. Estos vienen diseñados con la idea de que el niño de primero ya sabe leer y escribir y eso no es cierto”. ¿Otro punto? “No tenemos los recursos tecnológicos que pide el libro para su completa asimilación”, comenta.
¿Quién los elaboró?
La responsabilidad primaria recae sobre el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), un “organismo internacional autónomo, sin fines de lucro y orientado a satisfacer necesidades educativas, tecnológicas y de desarrollo”, como se define en su página web.
En el 2009 el país firmó un acuerdo con el ILCE que incluyó cuatro acuerdos: “Transmisión y recepción local de la red Edusat, evaluación de materiales educativos impresos correspondientes a la educación básica y, por último, diseño del modelo pedagógico con sus respectivos materiales impresos, audiovisuales e informáticos”.
Es decir, que en este convenio el ILCE tiene la facultad de reformular los contenidos curriculares y de otros componentes que comprenden televisión, radio y programas informáticos.
A LA DEFENSA DE LOS NUEVOS TEXTOS
En distintas declaraciones, Melanio Paredes afirma que estos libros corresponden a un cambio de enfoque en la forma de educar. “Nos hemos propuesto abandonar la escuela del ma, me, mi, mo, mu, por una escuela en que los niños y los jóvenes aprendan y desarrollen habilidades para la vida”, dijo el ministro de Educación en el desayuno de LISTÍN DIARIO. Reitera que de lo que se trata es de inducir al niño y a la niña a la comprensión, al razonamiento, “es ajustar cuentas con la escuela de la memorieta”.
De acuerdo con el trabajo publicado por la periodista Bethania Apolinar y que recogió los planteamientos emitidos en el desayuno, Melanio sostiene que “mientras el currículo plantea que el niño y la niña es el centro, es enfoque sociocultural, pero en la práctica seguimos con el método convencional y tradicional de estructuras por materia y de centrar la enseñanza en el maestro y en la disciplina”, consideró.
Pero para entender este debate y sus posibles implicaciones, primero hay que plantearse la más elemental de las preguntas, ¿qué son los textos integrados?
Integrar, de acuerdo con el diccionario de la RAE, significa fusionar dos o más conceptos, divergentes entre sí, en una sola que las sintetice. Esto es lo que hacen los textos integrados; unificar, por un lado, las materias de lengua española, ciencias naturales, ciencias sociales, educación moral y cívica, educación artística y formación humana y religiosa. La asignatura de matemáticas se presenta en el mismo libro, pero en un apartado individual con la finalidad de desarrollar competencias específicas en esta área.
Estos libros comenzaron a utilizarse como texto básico en agosto del presente año a los estudiantes de educación inicial, primero, segundo, tercero y cuarto de la primaria de los liceos y escuelas del país. El ministerio de educación planea, para el próximo año escolar, implementarlo en los colegios.
Además de la integración de las asignaturas, se propone también trabajar conjuntamente con recursos tecnológicos. Estos es usar videos, programas de computadora interactivos, audio y otros recursos de aprendizaje. De ahí su nombre completo: “Textos integrados con convergencia de medios”.
ESTRUCTURA DE LOS LIBROS
Estos libros, de aproximadamente 240 páginas cada uno, vienen en dos volúmenes. El primero corresponde al cuatrimestre que inicia las clases y el segundo al cuatrimestre que cierra el año escolar.
Cada volumen cuenta con dos unidades de aprendizaje en áreas integradas y dos unidades de matemáticas. Cada unidad tiene sus propias actividades y al final de esta una evaluación.
En cada actividad se plantean sugerencias para organizar el trabajo durante las horas de clases, así como los recursos tecnológicos que se deberían usar en caso de estar disponibles.
Lo pros y contras de los textos integrados
¿Es realmente viable este nuevo método de enseñanza? De acuerdo con el informe preliminar realizado por María Virtudes Núñez, catedrática de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la respuesta es no. Según explica, el texto integrado de primero de básica asume que el niño sabe leer y escribir, por lo que no tiene las indicaciones y ejercicios de lecto-escritura necesarios. “Es como si se empezara a subir una escalera por el quinto escalón”, señala.
Núñez va más lejos al afirmar que “obligar a los niños a trabajar con un solo libro que no les enseña ni a leer ni a escribir provoca retraso en el aprendizaje”. Además argumenta que al dividir las asignaturas en matemáticas y “todo lo demás”, no se conceptualiza y por ende se puede dar un tema cualquiera sin ningún rigor pedagógico.
Y los profesores ¿qué?
Iluminada Fernández, maestra de segundo de primaria del liceo Félix María del Monte, dice que estos libros “son muy complicados y los niños no los asimilan” debido, explica, a que los contenidos son muy aéreos. Eso sí, señala que la parte que corresponde a las matemáticas está bien elaborada.
En términos similares se expresa Ana María Cano, profesora de primero de básica en el mismo liceo. Añade además que “los libros de primero son muy avanzados. Estos vienen diseñados con la idea de que el niño de primero ya sabe leer y escribir y eso no es cierto”. ¿Otro punto? “No tenemos los recursos tecnológicos que pide el libro para su completa asimilación”, comenta.
¿Quién los elaboró?
La responsabilidad primaria recae sobre el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), un “organismo internacional autónomo, sin fines de lucro y orientado a satisfacer necesidades educativas, tecnológicas y de desarrollo”, como se define en su página web.
En el 2009 el país firmó un acuerdo con el ILCE que incluyó cuatro acuerdos: “Transmisión y recepción local de la red Edusat, evaluación de materiales educativos impresos correspondientes a la educación básica y, por último, diseño del modelo pedagógico con sus respectivos materiales impresos, audiovisuales e informáticos”.
Es decir, que en este convenio el ILCE tiene la facultad de reformular los contenidos curriculares y de otros componentes que comprenden televisión, radio y programas informáticos.
A LA DEFENSA DE LOS NUEVOS TEXTOS
En distintas declaraciones, Melanio Paredes afirma que estos libros corresponden a un cambio de enfoque en la forma de educar. “Nos hemos propuesto abandonar la escuela del ma, me, mi, mo, mu, por una escuela en que los niños y los jóvenes aprendan y desarrollen habilidades para la vida”, dijo el ministro de Educación en el desayuno de LISTÍN DIARIO. Reitera que de lo que se trata es de inducir al niño y a la niña a la comprensión, al razonamiento, “es ajustar cuentas con la escuela de la memorieta”.
De acuerdo con el trabajo publicado por la periodista Bethania Apolinar y que recogió los planteamientos emitidos en el desayuno, Melanio sostiene que “mientras el currículo plantea que el niño y la niña es el centro, es enfoque sociocultural, pero en la práctica seguimos con el método convencional y tradicional de estructuras por materia y de centrar la enseñanza en el maestro y en la disciplina”, consideró.