Según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, las autoridades de Rusia están alarmadas por la crisis diplomática que culminó en el boicot a Catar por parte de varios países. El canciller se ha referido a la cuestión este 10 de junio antes de reunirse con el emir catarí, Hamad bin Jalifa Al Thani.
"Entre los temas [que discutiremos] estará por supuesto el agudo empeoramiento de la situación en el mundo árabe. Hemos reaccionado con preocupación a los informes sobre las medidas adoptadas por algunos Estados árabes para romper relaciones con Catar", cita TASS las palabras de Lavrov.
Por su parte, el emir Hamad bin Jalifa al Thani indicó que el propósito de su visita es transmitir la postura de su país en torno al escándalo diplomático en el golfo Pérsico.
"El principal objetivo de mi visita es dar a conocer a Rusia los hechos y las medidas ilegales adoptadas contra Catar. Me gustaría insistir en que la postura de Catar es que todos los conflictos deben resolverse a través del diálogo", dijo Hamad bin Jalifa Al Thani.
"Querría mostrarles mi agradecimiento a las instituciones rusas que han ofrecido su ayuda para superar las medidas ilegales que se imponen contra Catar. Realmente aprecio esta cooperación entre nuestros países", añadió el emir.
Anteriormente, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, también expresó su apoyo a Catar, señalando que Ankara no había notado señales de que Doha apoyara al terrorismo.
El 5 de junio, Arabia Saudita, Egipto, EAU y Baréin cortaron lazos diplomáticos con Catar por considerar que ese país proporciona ayuda y financiación a organizaciones terroristas. Posteriormente, Yemen, Libia, Maldivas, Mauricio, Mauritania y Comoras se unieron a esta medida, mientras que Yibuti redujo su representación diplomática en territorio catarí.
Al boicoteo de Catar también empezaron a unirse otros países africanos. El 10 de junio las autoridades de Níger anunciaron que habían retirado a su embajador en Doha en solidaridad con los países árabes. Chad y Senegal también anunciaron la retirada de sus representantes diplomáticos en Catar, mientras que Gabón criticó las políticas de este país del golfo Pérsico.
Varias aerolíneas de esos países anunciaron la suspensión de la comunicación aérea con Catar, la expulsión de ciudadanos cataríes de sus territorios y el cierre de fronteras, entre otras medidas que Doha calificó como "injustificadas".
En gran parte, esta crisis es fruto de las discrepancias en torno a Irán, un país con el que Catar mantiene buenas relaciones, a diferencia de la mayoría de las naciones del golfo Pérsico.
Las tensiones aumentaron a finales de mayo cuando la Agencia de Noticias de Catar, presuntamente 'hackeada', divulgó unas polémicas declaraciones del emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, quien habría criticado el creciente sentimiento antiiraní en la región y habría realizado comentarios negativos sobre Arabia Saudita.
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