asesinan anciano en Rio San Juan

La víctima había vendido una vaca el día antes, pero los motivos del hecho fueron los celos de un vecino


Por Miguel Alonso



miércoles 28 de octubre de 2009

Más de ocho horas permaneció tirado el cuerpo de Alfonso Capellán a espera de un médico legista.
Más de ocho horas permaneció tirado el cuerpo de Alfonso Capellán a espera de un médico legista.
Tendido de muerte al lado de su casucha quedó el campesino Alfonso Capellán.
Tendido de muerte al lado de su casucha quedó el campesino Alfonso Capellán.
Un palo y luego un machetazo en la cabeza le dio su asesino a Alfonso Capellán.
Un palo y luego un machetazo en la cabeza le dio su asesino a Alfonso Capellán. Fotos: M.A.

Río San Juan.- El campesino Alfonso Capellán era un hombre de palabra. Y cuando decía al colmadero que le despachara que al otro día le pagaba, lo cumplía a carta cabal. Sin embargo, la última promesa de pago que le hizo a su amigo colmadero conocido como Zumbador no la cumplió, lo celos de otro vecino cercano le quitaron la vida.

El suceso ocurrió la madrugada de este miércoles en la sección Laguna de Yerba, pocas horas después de que el martes por la tarde Capellán, contento porque había cambiado una vaca por una novilla e iba a recibir algo de dinero a cambio, fuera al colmado a pedir fiao. “Zumbador, despáchame una comprita que mañana de pago cuando me devuelvan el dinero por la vaca”, habría dicho la víctima, sin pensar que horas más tardes, un palo y machetazo certeros infrigidos en la cabeza por su vecino Juan le iba a impedir seguir viviendo y de paso recibir el dinero y cumplir su promesa.

En principio se pensó que el motivo fue el robo, ya que la victima fue emboscada en el patio de su casa, pero al verificar que tenía todas sus pertenecencias en sus bolsillos, se comprobó que se trató de una vieja rencilla entre Juan y Capellán, por sospechas de infidelidad por parte de la mujer de un hijo del matador y la víctima.

En los bolsillos de Capellán se encontró un dinerito y un celular que irónicamente sonaba insistentemente mientras su cuerpo sin vida permanecía tirado a espera del médico legista, que no llegó hasta cerca del mediodía de este miércoles.

Las llamadas telefónicamente provenían precisamente de su única hija, quien al residir fuera del pueblo le había regalado el celular para mantenerse en comunicación con su padre, que vivía solo en una humilde casucha construída a escasos metros de la del supuesto asesino.

Capellán, de 72 años, vivía de las labores de conuco y haciendo carbón. Al momento de su muerte estaba descalzo, mientras su burro, lo único que tenía además de la vaca, permanecía aún amarrado al lado del cadáver de su amo.

Por su parte Juan, el supuesto asesino, fue atrapado semidesnudo huyendo en una finca ubicada a varios kilómetros de la zona del sucedo, un hecho que ha consternado a esta tranquila comunidad de las afueras de Río San Juan.

La policía no ofreció el nombre de la mujer ni del hijo de Juan, de quien sólo se sabe es un pescador, que antes de lanzarse a la mar le encomendaba a su padre velar por su mujer.

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